La gran pregunta es: ¿por qué, si no tienen calorías, pueden hacernos subir de peso?
Se supone que la sustitución del azúcar por edulcorantes artificiales hace que, esa bebida sea compatible con una dieta saludable o con la pérdida de peso por no tener muchas calorías. Pues no es así, existen estudios que encuentran una correlación clara entre el consumo de las bebidas con pocas o nulas calorías y el aumento de peso.
Quienes consumen bebidas light presentan incrementos de circunferencia de cintura tres veces superiores a quienes no consumen este tipo de bebidas.
¿Nunca te ha pasado que cuando tomas refrescos te entran más ganas de dulces?, eso es porque los edulcorantes artificiales como el aspartamo, confunden a nuestro cuerpo, terminando por generar el deseo por más calorías. Entonces, con el consumo de bebidas light nuestra capacidad para distinguir el sabor dulce disminuye y crea tolerancia, la señal de saciedad también se reduce, por lo que estimula la ingesta de más alimentos dulces.
En este sentido, tomar bebidas gaseosas con o sin calorías, tiene el mismo efecto para el organismo que comer dulces.
Según otro estudio, las personas que ingieren bebidas dietéticas tienen un 61% mayor riesgo de sufrir infartos y derrames cerebrales que quienes no las consumen.
En otro estudio se demostró el vínculo de la ingesta de refrescos light con la presencia de una mayor circunferencia de la cintura, lo cual constituye un indicador de obesidad abdominal y riesgo cardiovascular, además, según los datos del estudio las personas que tomaban este tipo de refrescos tenían un 44% más de posibilidades de sufrir un ataque al corazón.
Independientemente del efecto por el consumo de bebidas gaseosas regulares, light y zero, está claramente demostrado que para mantener una buena salud es importante dejar de consumirlas. En vez de gaseosas zero, mejor CERO gaseosas.
Lic. Steve Gomez.
CNP:5004.
Nutricionista LAIN.
Bibliografía:
Journal of the American Geriatrics Society published online: 17 MAR 2015 – DOI: 10.1111/jgs.13376