El alcohol, como toda droga, genera dependencia en aquellos individuos que lo consumen. Como todo en nuestra vida, tener un límite es fundamental a la hora de consumir alcohol.
No se trata solo de un riesgo para nuestra salud, ya que hemos visto que el alcohol nos aporta altas cantidades de calorías que acumulamos en forma de grasa, sino que además tales como aumentar los niveles de triglicéridos y por lo tanto empeora la circulación sanguínea, aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiacas.
Nuestros sentidos se ven afectados enormemente, ya que altera el control de nuestro cuerpo y el equilibrio. El aumento de la masa grasa es elevado, y con él la disminución de la masa ósea y la fragilidad de nuestros huesos, pudiendo lesionarnos con más facilidad.
El alcohol aporta gran cantidad de energía sin ningún tipo de nutriente ni beneficio para la salud, interrumpe la oxidación de las grasas e hidratos de carbono, produciendo que en lugar de quemarlos los almacenemos. Y no solo eso, sino que nos aporta un extra de calorías.
Según instituciones internacionales, el consumo moderado de alcohol no debe superar los 25 g/día en los hombres. Eso equivale a dos latas de cerveza o dos copas de vino. En el caso de la mujer es la mitad, uno 12g/día (una lata de cerveza, o una copa de vino).
Lic. Jessica Castañeda.
CNP:5031
Nutricionista LAIN
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