HAMBRE EMOCIONAL

¿QUE ES?

Es un trastorno alimentario que está muy relacionado con las emociones y los sentimientos que experimentamos. Así, de manera repentina, podemos sentir una enorme necesidad de comer, pero ni siquiera sabemos el qué ni el porqué de esa urgencia. Luego, una vez que nos saciamos con lo primero que encontramos a nuestro alcance, podemos acabar experimentando un sentimiento de culpa.

CARACTERISTICAS DE UNA PERSONA CON HAMBRE EMOCIONAL

  • Baja autoestima
  • Sentimientos de culpa
  • Sentirse deprimido
  • Presentan enfado, la queja constante, la soledad, el aburrimiento o la desorientación vital”.

CONSECUENCIAS DEL HAMBRE EMOCIONAL

El hambre emocional tiene consecuencias para la salud de quienes la padecen tanto a nivel físico como psicológico, aunque éstas dependerán de la frecuencia con la que los pacientes sufran estos episodios y de la forma en que los afronten. 

A nivel psicológico, destaca los trastornos alimentarios, la baja tolerancia a la frustración, conductas compulsivas, pereza y no esfuerzo, poca motivación al cambio, baja autoestima y confianza en ti mismo o descontrol y desajuste emocional, entre otras muchas cosas”. Son, por tanto, sentimientos de frustración, culpabilidad y tristeza que suceden a cada atracón y que pueden alterar el equilibrio mental de las personas, dando lugar a episodios de ansiedad y  depresión.

Para controlar este trastorno además de tener ayuda profesional es aprender a canalizar nuestros pensamientos y emociones, ya que ningún alimento es malo, siempre y cuando se disfrute, se coma sin culpa y con moderación: “La raíz del sobrepeso, en ocasiones se debe a que cuando nos sentimos emocionalmente mal, tendemos a consumir alimentos como estos para sentirnos mejor”.

Por ejemplo caminar a buen paso durante una hora o llevar a cabo ejercicios de meditación es muy importante porque al hacerlo “segregamos endorfinas y serotonina, fundamentales para sentir bienestar y paz interior”.

La meditación nos puede ayudar a combatir el insomnio y reducir el estrés, pero también a controlar nuestro apetito, en especial cuando nos dejamos llevar por la ansiedad.

La meditación reduce nuestro irreprimible deseo de tomar alimentos poco sanos y también la frecuencia con la que comemos de forma compulsiva o para sentirnos mejor emocionalmente».
El Mindfulness es una técnica de meditación que te enseña a «desconectar tu piloto automático» para centrar la atención en ti y en tu cuerpo, y llegar a un estado de bienestar generalizado.

Ten presente estos consejos:

  • Antes de comer toma un segundo para mirar tu plato, luego tu comida. Piensa de dónde vino y cómo llegó a tu mesa.
  • Toma el tenedor y recoge algo de comida, llévalo frente a tu cara antes de comerlo. Sentirás cómo la saliva comienza a acumularse y serás más consciente sobre lo que comerás.
  • Cuando estés consciente de lo que estás por consumir, come un poco y concéntrate en tu lengua y en cómo ésta actúa mientras comes.
  • Traga tu comida, deja a un lado el tenedor y respira profundo. Con estos cuatro pasos estarás comiendo con consciencia, en forma meditativa, y concentrada en lo que estás consumiendo.

Si aún no descubres cuál es la meditación más apropiada para ti, te presentamos algunas de las técnicas más utilizadas:

  1. Respiración: La inducción a un estado de concentración mediante la respiración es una de las prácticas más usadas. Consiste en realizar ejercicios concretos y repetitivos de respiración, poniendo toda la atención en el aire, en cómo pasa por los orificios nasales, en el frío al inspirar y el calor al exhalar. Con el transcurso del tiempo, la práctica y la disciplina, la mente alcanza rápidamente el estado meditativo.
  2. Objeto: Técnica de concentración que utiliza un objeto, sea una vela, un color u otro elemento de manera que la atención debe centrarse en ese objeto hasta que lentamente la mente se va calmando y llegando al estado meditativo.
  3. Sonido: Todas las civilizaciones han recurrido a las ondas de sonido para inducir a estados de concentración, espirituales o místicos. Campanas, cánticos, mantras repeticiones de sonidos específicos que inducen fácilmente al estado meditativo.